Entonces estos hombres fueron atados y arrojados con sus mantos, sus túnicas, sus gorros y sus otras ropas en el horno de fuego ardiente. Daniel 3:21 LBLA
Introducción
Normalmente todos nos hemos encontrado por lo menos una vez en alguna dificultad, en realidad en muchas, a veces nosotros mismos nos metemos en problemas y después no sabemos cómo salir de ellos, otras veces los problemas llegan por sí solos, pareciera que están ahí agazapados esperando el momento menos oportuno para saltar sobre nosotros y terminar de arruinar nuestro día, como cuando no tienes trabajo desde hace mucho tiempo, vas impecable a una entrevista a la que al fin te llamaron después de haber enviado muchas solicitudes, y cuando ya estás cerca de tu destino, un carro pasa veloz sobre un charco y te baña con litros de agua sucia, de seguro en este punto deseas cualquier clase de mal no mortal (o quizá sí) sobre el conductor del vehículo, quizá si has leído un poco la biblia recuerdes cuando Eliseo maldijo a unos jóvenes y dos osas salieron a despedazarlos, y hasta te preguntes si será válido repetir algo así con ese imprudente conductor, pero lo cierto es que aunque a veces las cosas no pinten bien, aunque parezca que nos llueve sobre mojado, o que estamos padeciendo injustamente, hay ocasiones en que Dios mismo está permitiendo que atravesemos por estas pruebas para fortalecernos y perfeccionarnos, ¿Dios se deleita en verme sufrir? claro que no, pero se deleita en hacerte fuerte, en fortalecer tu fe, en hacerte un mejor cristiano, un mejor hijo, un mejor siervo, un mejor líder; quizá ahora mismo atravieses por una dificultad en la que esté siendo probada tu fe, pues bien, te invito a examinar brevemente la historia de tres jóvenes que pudieron resistir la prueba y así obtuvieron la victoria.
¿Por qué a mí?
Hay mucho que contar a cerca de Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-Nego, pero esta vez iremos directamente a la parte crucial de la historia, los tres jóvenes Sadrac, Mesac y Abed-Nego, se meten en tremendo problema cuando se niegan a adorar a los dioses falsos y a postrase ante la imagen que Nabuconodosor había mandado a hacer, el rey había dicho que todo aquel que se negara a postrarse y adorar la imagen sería echado de inmediato en un horno de fuego ardiente (vv6) ante una sentencia de esta magnitud era claro que nadie quería quedarse de pie ante la estatua, pero había tres jóvenes diferentes que no querían lo mismo que todo mundo quería, a ellos no les importaba incluso perder su vida, pero tenían claro que no querían postrarse y adorar a un ídolo; una valiente decisión que los llevo a estar de frente ante la muerte, pues el decreto debía cumplirse, Sadrac, Mesac y Abed-Nego, serían lanzados al horno de fuego ardiente, que por cierto el rey se había enojado tanto contra ellos que mandó a calentar el horno siete veces más de lo normal.
Pero, ¿por qué a ellos? Se supone que eran jóvenes íntegros, desde el principio se les observa como personas admirables que se propusieron no contaminarse con la comida sacrificada a los ídolos que el rey quería darles, eran jóvenes que aunque habían sido llevados cautivos permanecían fieles a Dios, incluso terrenalmente habían destacado pues el rey los puso a su servicio a causa del conocimiento y sabiduría que había en ellos, entonces si eran fieles a Dios, si permanecían íntegros y leales a Dios, ¿cómo es que Dios permite que ahora estén en esta situación, a punto de ser lanzados al horno de fuego?
¿Estáis dispuestos ahora, para que cuando oigáis el sonido del cuerno, la flauta, la lira, el arpa, el salterio, la gaita y toda clase de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adoráis, inmediatamente seréis echados en un horno de fuego ardiente; ¿y qué dios será el que os libre de mis manos? Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: No necesitamos darte una respuesta acerca de este asunto. Ciertamente nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tu mano, oh rey, nos librará. Pero si no lo hace, has de saber, oh rey, que no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has levantado. Daniel 3:15-18 LBLA
Fueron leales hasta el final, sabían que Dios podía salvarlos, pero también aceptaron que existía una posibilidad de que Dios no quisiera librarlos, y aun así permanecieron fieles a Dios, me encantan sus palabras: Nuestro Dios, puede librarnos (fe), pero si no quiere hacerlo, aun así no nos postraremos ante otros dioses (lealtad). ¡Qué valentía de estos jóvenes! Están cautivos en tierra extraña, lejos de su gente y ahora a punto de morir, y aun así permanecen fieles.
Puede ser que estés dando lo mejor de ti para agradar a Dios, te esfuerzas y luchas para agradarlo, tratas con todas tus fuerzas de abstenerte de cualquier cosa que le desagrade, y aun así el tiempo de prueba llega y te golpea sin compasión, puedes preguntarte ¿por qué a mí? ¿Estaré haciendo algo mal? Lo cierto es que cuando decides agradar a Dios y pones todo tu empeño en ello, habrá alguien que no estará contento, cuando tú vas en contra de la corriente, cuando dejas de querer hacer lo que todo el mundo hace, entonces el enemigo tratará de destruirte y de hacer tambalear tu fe, te presentará el pecado como una buena opción y tratará por todos los medios que le falles a Dios, y si al final te mantienes firme el enemigo buscará dañarte, pero tranquilo, justo ahí empieza lo mejor, solo permanece fiel.
Entrando al horno
Ahora nos encontramos con los tres jóvenes frente a frente con la muerte, cualquiera que entrara en ese horno definitivamente moriría, con más razón si vemos que el rey se enojó tanto que mando calentar el horno siete veces más de lo normal (vv19), esta vez definitivamente no había salida, pero es justo ahora donde vemos como Dios empieza a obrar para convertir todo esto en algo bueno.
Primero vemos que los jóvenes fueron atados, aunque no fueron despojados de su ropa (vv20-21), todo aquello que los cubría les fue dejado, es decir que Dios nunca dejará que entres a una prueba sin su cobertura, su protección permanecerá contigo en el tiempo difícil, cualquiera puede abandonarte y huir cuando todo va mal, pero la protección de Dios estará contigo en todo tiempo.
Derrota a tus enemigos
La biblia habla que el rey mando a valientes guerreros que ataran a los jóvenes, eran sin duda personas formidables, experimentados en guerra y entrenados duramente, pero cuando se acercaron a lanzar a los jóvenes al horno, no soportaron las llamas y cayeron muertos, ni siquiera entraron, solo se acercaron y fue suficiente para que el fuego los matara; justamente eso pasa cuando entras en un tiempo de prueba, tus enemigos caen, el fuego del horno que fue pensado para dañarte, termina por derrotar primero a tus enemigos, aquellos que parecían invencibles, ahora caen derrotados, ¿Quién es el enemigo que trata de derrotarte? Has tratado de vencerlo pero sientes que no tienes suficiente fuerza, no te preocupes, la prueba te fortalece y saldrás victorioso.
Sé libre
Después, el rey se asombra porque ve que los hombres que habían sido lanzados se pasean sueltos dentro del horno (vv25), habían sido atados y ahora ellos caminaban libres entre las llamas; muchas veces necesitamos un poco de eso para ser libres de ataduras que nos estorban, no me refiero a graves pecados, sino a cosas que parecen sin importancia pero que nos tienen atados y no permiten que vivamos una vida plena, ¿no te ha pasado que hay temporadas donde empiezas a tener mucha pereza por buscar de Dios? En ocasiones ya no queremos congregarnos, leer la biblia, orar, sin duda hay ataduras que nos mantienen quietos, o quizá alguien recientemente te lastimó, no fue grave, pero te sentiste ofendido, y no has podido perdonar, te sientes mal y eso mismo no te permite adorar a Dios como es debido, eso podría tenerte atado, el fuego de la prueba sirve para romper las ataduras que el enemigo pone en tu vida.
Sé ejemplo
Pero la prueba que el cristiano atraviesa, no solo le da victoria sobre sus enemigos y lo hace libre, también sirve para que los incrédulos se maravillen de lo que Dios hace en su vida.
En el mismo versículo 25, el rey se sorprende cuando ve que dentro del horno no están solo los tres hombres que fueron lanzados sino que hay cuatro; que excelente es que en medio de nuestra dificultad la gente que no conoce de Cristo pueda ver que hay algo sobrenatural en nosotros, aunque no lo entiendan, verán la gracia y bendición que hay sobre tu vida aun cuando estas en problemas, verán que tu gozo no termina aunque atravieses escases, verán que el alimento no te falta e incluso lo compartes aunque no tengas trabajo, porque en medio de esta lucha hay alguien asombroso a tu lado, y es quien te sostiene y te protege, por eso el salmo 126:2 dice que entre las naciones dirán: ¡grandes cosas ha hecho Jehová con estos! ¡Aleluya! En medio de tu prueba los inconversos verán al Dios sobrenatural.
Da frutos
Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid acá. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. Y los sátrapas, los prefectos, los gobernadores y los altos oficiales del rey se reunieron para ver a estos hombres, cómo el fuego no había tenido efecto alguno sobre sus cuerpos, ni el cabello de sus cabezas se había chamuscado, ni sus mantos habían sufrido daño alguno, ni aun olor del fuego había quedado en ellos.
Habló Nabucodonosor y dijo: Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego que ha enviado a su ángel y ha librado a sus siervos que, confiando en El, desobedecieron la orden del rey y entregaron sus cuerpos antes de servir y adorar a ningún otro dios excepto a su Dios. Por tanto, proclamo un decreto de que todo pueblo, nación o lengua que diga blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego sea descuartizado y sus casas reducidas a escombros, ya que no hay otro dios que pueda librar de esta manera.
La prueba que atravesaron estos jóvenes sirvió para llevar a otros que no creían a creer, la gente no solo verá cómo Dios te ayuda, la gente también empezará a creer en ese Dios tuyo que te libra en los tiempos difíciles, el rey que pretendía obligar a los jóvenes a ser idolatras, ahora les llama Siervos del Dios Altísimo, y al final en el versículo 29 dice que no hay otro dios que pueda librar de la manera en que Jehová lo hace, qué maravilloso es que a través de nuestras luchas y nuestra fidelidad a Dios, otras personas puedan creer en Dios, por eso es tan importante que mantengamos nuestra esperanza en Dios, que la gente vea que realmente confiamos en él, te aseguro que a través de la prueba que viene a tu vida y el testimonio de cómo Dios te guardó, otra gente creerá, más personas verán la gloria de Dios en tu vida y querrán conocer de ese Cristo de poder que predicas, pero que además de predicar has sabido mostrado en tu vida en medio de las dificultades.
Conclusión
Entonces el fuego de la prueba es en realidad el fuego de la purificación, el fuego que fue calentado siete veces, el número de la perfección, que te servirá para derrotar a tus enemigos, para ser libre, para dar testimonio del poder de Dios y para llevar más vidas a los pies de Cristo, y una vez que seas perfeccionado a través del fuego, estarás listo para el siguiente nivel, cómo estos jóvenes, que al final estos fueron prósperos, porque fueron fieles a Dios y supieron soportar la prueba.
Puede ser que en este momento te encuentres en dificultades, con enfermedad, escases, o alguien que se ha levantado contra ti para molestarte, pero debes saber que si estas atravesando una prueba, tienes un Dios maravilloso que no te dejará solo y usará esta prueba para perfeccionarte, no se trata de qué tan caliente sea el fuego, se trata del Dios que te guarda y de lo que tú mismo estas hecho, el fuego que mató a los valientes guerreros perfecciono a los tres jóvenes que buscaron agradar a Dios. No desmayes, siervo del Dios altísimo.
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