No importa lo que otros piensen, no importa cómo otros te vean, incluso ya no importa cómo te veas tú mismo, solo importa cómo te ve tu Padre celestial, y él te ve justo, te ve valioso, si puedes creer eso, entonces vuélvete a él y experimenta la dicha del perdón.
Los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, los fariseos y escribas murmuraban porque Jesús los recibía, entonces Jesús les cuenta tres parábolas, para enseñarles una importante lección que la iglesia de nuestros días también debe aprender urgentemente.