Los primeros cristianos tenían una colección escrita de los dichos de Jesús, llamado el Evangelio Q y también tenían el evangelio según Marcos, pero era necesario ordenar todos esos dichos, milagros y enseñanzas, también era necesario asegurarse que todo lo que estuviera escrito realmente fuera cierto y que hubiera pasado tal y como lo contaba el escrito, así que entre los años 60 y 65 después de Cristo, Mateo y Lucas deciden escribir sus evangelios.