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Los Dones Espirituales 2

Breve comentario de 1 Corintios 12 Parte 2


7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.

En este versículo encontramos una declaración muy importante para tomar en cuenta: “La manifestación del Espíritu es dada para –provecho-”

 

Bueno, otra vez vayamos al griego; les pongo algunas palabra en griego porque ese fue el idioma original en que fue escrito el Nuevo Testamento, por lo tanto si lo analizamos desde ahí, encontraremos mayor claridad a lo que Pablo quería decirnos.

 

Cuando nosotros leemos que la manifestación del Espíritu nos fue dada para “Provecho”, queda la duda ¿Provecho de quién? ¿Provecho para mí? ¿Los dones de Espíritu son para que yo sea bendecido? ¿Los dones del Espíritu son para que yo asegure mi salvación? O ¿Son para que yo esté más santificado? Pues la respuesta a estas preguntas es un rotundo NO, Pablo no habla de provecho personal; la palabra griega utilizada acá es “sympheron” que se traduce en inglés como “common profiting” es decir, “Beneficio Común” O sea, en el español tradujeron “Provecho” pero esa traducción deja la duda ¿para quién es ese provecho? Pero, en las traducciones en ingles hicieron una mejor traducción y definieron que “la manifestación del Espíritu es para el beneficio común” Entonces, los dones fueron otorgados para que la iglesia de Cristo sea beneficiada, NO YO, los dones no son para que yo me beneficie, tampoco me dan salvación; los dones del Espíritu son para que los ponga al servicio de la iglesia.

 

Sé que esto ya se había dicho en el desarrollo de los versículos anteriores, pero no puedo dejar de decirlo acá porque Pablo lo sigue repitiendo; así que era un tema muy importante para Pablo, él quería que la iglesia de Corinto entendiera el verdadero uso de los dones; y esto tiene una razón, pero para esto habrá que estudiar el contexto de la iglesia y saber qué era lo que estaba pasando ahí y así comprender la razón por la que Pablo decide escribirles esta carta.

 

Por ahora quiero resumir éste artículo de una manera sencilla: “El Espíritu Santo otorga diferentes dones, para que sirvamos a nuestro Señor quien es el administrador de los dones; y por medio del poder de Dios se efectúen diversas operaciones; pero, toda esta diversidad, es la misma manifestación del Espíritu Santo, que nos ha sido dada para el beneficio de toda la iglesia de Cristo”

 

8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu.

Ahora, trataremos definir los dones que se listan en este capítulo, empezamos por el versículo 8, donde encontramos la palabra de sabiduría.

En griego se escribe “Sophia” que significa sabiduría o habilidad, aunque en este caso la mejor traducción es “sabiduría”.

 

Este don hace referencia a la capacidad que se tiene para comprender la palabra de Dios; se debe tomar en cuenta que existe la inteligencia humana, por medio de la cual, cualquiera que sepa leer, es capaz de tomar la biblia y leer lo que en ella está escrito y cualquiera es capaz de analizar la escritura hasta cierto límite, podría analizarse desde el punto de vista histórico o como literatura, o en cualquiera de las maneras humanas. Pero el don de palabra de sabiduría nos lleva más allá, esa sabiduría viene solamente de Dios, es sabiduría divina que nos ayuda a comprender misterios que a Dios le place revelarnos para que nosotros podamos proclamarlos y de esa manera edificar a la iglesia de Cristo y a todos los oyentes.

 

Veamos un ejemplo bíblico de la palabra de sabiduría: En el libro de los hechos de los Apóstoles, en el capítulo 7, se nos cuenta una historia que tiene por nombre “defensa y muerte de Esteban” no les voy a transcribir el capítulo entero, en vez de eso les contaré el contexto en mis propias palabras y ustedes por favor, vayan a su biblia para comprobarlo (lean los capítulos 6 y 7).

 

Tenemos a Esteban hablando de Cristo y haciendo prodigios y señales; entonces unos de una sinagoga que se llamaba los libertos, sobornaron a varias personas para que dijeran que Esteban estaba blasfemando; así que Esteban fue llevado ante el sumo sacerdote y él lo interroga, pero en cuanto le dan la palabra a Esteban, este da uno de los mejores discursos que podremos leer, anunciándoles la palabra de Dios con el poder del Espíritu Santo; sabemos que Esteban estaba hablándole a gente religiosa que sin duda conocían de las escrituras, sin embargo ellos solo la leían pero no podían comprenderla, pero cuando Esteban les empieza a hablar mediante el don de palabra de Sabiduría, ellos no soportaron la verdad, porque estaban escuchando algo que no habían comprendido nunca, así que decidieron apedrear a Esteban.

 

Si leemos en Hechos 6:10, dice “Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.”

Así que resumiendo, la palabra de sabiduría es aquella capacidad que nos es dada para comprender y proclamar la verdad de Dios; no solo leerla, sino entender aún los pasajes de difícil comprensión.

¿Alguna vez te has topado con un pasaje que no entiendes? ¡Vas con otro hermano que tú sabes que puede ayudarte, se lo muestras y de inmediato te lo explica de una manera muy clara! Pues esa es la palabra de Sabiduría, usada para edificar al cuerpo de Cristo.

 

O quizá tú eres ese hermano que otros buscan para resolver sus dudas o cuando predicas la gente se asombra de la capacidad que tienes para enseñar de la palabra de Dios; pues entonces estas usando el don de palabra de sabiduría, para edificar a la iglesia.

8b. A otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu.

Ahora, en el mismo versículo, encontramos el siguiente don que se llama palabra de ciencia.

 

El don de anterior era la palabra de sabiduría, que podríamos resumirlo como la capacidad para entender y proclamar de manera clara el mensaje de Cristo, por medio de la revelación sobrenatural dada por medio del Espíritu Santo, como ejemplo tuvimos el último discurso de Esteban.

 

El don que nos ocupa ahora, es un tanto diferente pero muy importante, las diferentes traducciones le llaman “palabra de ciencia” o “palabra de conocimiento” y las dos traducciones son correctas, pues la palabra griega utilizada acá es “gnósis” que significa: ciencia, conocimiento, un saber.

 

Entonces decimos que es un don de “conocer” pero claro que siendo dado por el Espíritu Santo, este conocimiento abarca mucho más que el conocimiento común, así que la mejor manera de comprender esto es ver ejemplos en la biblia, vamos a eso:

 

En Mateo 17:24-27, a Pedro le están cobrando el impuesto del templo, entonces Jesús usa de palabra de sabiduría, pues dice algo que nadie podía saber si no era porque el Espíritu se lo dio: le dice a Pedro: “ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.” (Estatero es una moneda equivalente a cuatro dracmas) Así que Jesús conoció que un pez en el mar, tenía la moneda del valor justo para pagar el impuesto, ¿cómo llegó esa moneda ahí? No lo sabemos, pero lo increíble es que Jesús sí sabía que el pez que Pedro pescaría sería justamente el que tuviera la moneda y que la moneda sería justo la que necesitaban, este conocimiento es el don de la palabra de ciencia.

 

Veamos otro ejemplo: En el libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 27, encontramos cuando Pablo es enviado a Roma. Este pasaje es largo así que lo resumiré: Pablo iba en el barco, y la tempestad era fuerte: Pablo dice que la navegación tendrá muchas pérdidas, (v10) más adelante, en el versículo 23 al 26, Pablo declara que es necesario que él llegue con bien a su destino y que todos los que van con él llegarán también a salvo y que es necesario que lleguen a una isla. Más adelante vemos que todo lo que Pablo dijo se cumplió tal como lo había dicho, así que en esa ocasión Pablo habló por medio del don de Palabra de Ciencia.

 

¿Alguna vez un hermano se ha acercado a ti y te ha dicho cosas de tu vida que solo tú conocías? Si tienes certeza que nadie más lo sabía y aun así te lo dijo de manera muy certera, entonces puede ser que éste hermano haya hablado mediante el don de palabra de ciencia. Ahora, digo “puede ser” porque te recuerdo que el diablo es imitador y el diablo también conoce cosas, así que debes ser muy cauteloso en este sentido, no menosprecies la palabra dada, pero siempre debes ser sabio y pedir a Dios que te ayude a discernir si lo que te están diciendo realmente proviene de él.

 

Este es un don que mucha gente trata de falsificar, por ejemplo es muy común escuchar en grandes eventos con miles de personas que el predicador dice “el Señor me dice que aquí hay alguien enfermo de diabetes” y entonces muchos realmente creen que el Señor se lo dijo, pero seamos sinceros, en un evento con miles de personas ¿no es casi seguro que muchas de las que estén ahí estarán sufriendo de diabetes? Porque esta es una enfermedad muy común ahora, así que estas personas tratan de falsificar este don, dando “palabra de ciencia genérica” que se puede acomodar a cualquier persona y así no fallar; seguro has visto a más de uno usando esa estrategia.

 

Pero, la palabra de ciencia debe ser tajante, sin lugar a dudas; si alguien te da palabra a ti, debe ser claro cien por ciento que es para ti, debe haber algo que nadie más sepa, que solamente el Espíritu Santo pudo haber revelado (así como Jesús y el pez).

 

Hay gente que se ha convertido a Cristo, porque han ido a una iglesia y estando en la iglesia el predicador se dirige a ellos y les dice: “tu vida ha sido así… o tú has hecho esto… o tú has pensado de esta forma…” o cualquier palabra pero que realmente es verdadera, que esta persona sabe que nadie más lo sabe y que no se lo han contado a nadie y aun así ese predicador se lo está diciendo, entonces creen; porque al ver esa demostración no les queda más que creer que realmente es Dios quien está hablándoles, así que el don de palabra de ciencia, ha servido y debe servir siempre para la edificación del cuerpo de Cristo.

9ª. A otro, fe por el mismo Espíritu.

La fe está presente en todos los cristianos. He oído a cristianos decir con tristeza “Yo no tengo fe” sin embargo, es necesario aclarar que todo aquel que ha decidido seguir a Cristo, tiene fe; pues de otra forma no hubiese creído en el hijo de Dios.

 

Así que la fe está presente en la vida del creyente en mayor o menor medida; pero, cuando hablamos de don de fe, estamos refiriéndonos a una fe muy grande, digna de admirar; vemos al apóstol Pedro cuando estaba en la barca y le dice a Jesús: “Si eres tú, di que vaya a ti caminando sobre el mar” y vemos que cuando Jesús le llamó, en efecto pudo caminar (sí, yo sé que después se hundió, pero es digno de reconocer que además de Jesús, nadie más ha hecho eso, así que su fe fue grande).

Pero este es solo un ejemplo, en el nuevo testamento vemos a los apóstoles haciendo grandes milagros gracias a la fe que tenían.

 

Pero también en tiempos recientes podríamos admirar a personajes que han tenido una fe muy grande; recuerdo ahora a “David Wilkerson” por ejemplo, un pastor que por medio de la fe en Cristo realizó una obra misionera muy importante en los barrios bajos de New York; algún día podríamos contar un poco de su historia.

 

Así que hay quienes tienen una fe muy grande, ese es un don del Espíritu.

 

Pero si vemos el significado de la palabra fe, la palabra en griego usada es “pistis” que tiene como traducciones: “fe”, “fidelidad”, “lealtad”; así que ahora podríamos añadir que el don de fe no es solamente creer en que Dios hará milagros, sino también diremos que el don de fe, es ser fiel y leal a Dios, por sobre todas las cosas.

 

Como dijo Pablo, ¿quién nos podrá separar del amor de Cristo? Y concluye que nada; ni tribulación, ni angustia, ni hambre, ni desnudez, ni peligro, ni espada, etc. Así que alguien que a pesar de todas las adversidades se mantiene firme y leal a Cristo, sin duda tiene el don de la Fe en su vida; aunque ¿no deberíamos ser todos así de leales a Cristo? Creo que sí, así que es un don que todos deberíamos procurar.

9b. Y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.

Ahora tenemos el don de sanidad; hay quienes piensan que las curaciones milagrosas estaban reservadas únicamente para tiempos bíblicos y que en nuestros días eso ya no acontece, sin embargo este versículo sí se refiere a sanidades físicas, sanidad de todo tipo de enfermedades; sin embargo en este don se debe hacer una aclaración muy importante —Aquel que tenga el don de sanidad, NO tiene la decisión en sus manos de sanar a todos — Es decir, aunque el don esté presente en la vida del creyente, éste debe utilizarlo bajo la guía de Dios. 

 

No debemos apresurarnos “decretar”  o “declarar” sanidad, cuando nosotros no tenemos la certeza de que la persona será sanada, y esa certeza es dada por medio del Espíritu Santo. He escuchado a mucha gente decir “yo te declaro sano en el nombre de Jesús, y volveras a caminar y bla, bla…” y al tiempo, saber que el enfermo a muerto; así que eran personas hablando solamente guiados por su propia emoción y no supieron reconocer si era voluntad de Dios la sanidad o no era su voluntad. 

 

Les pongo un ejemplo: Timoteo se mantenía enfermo, Pablo le receta un poco de vino para su enfermedad, en vez de orar por él y sanarlo; porque a veces, el plan de Dios no es otorgar la sanidad, pues él puede valerse de estos medios para enseñarnos cosas o para moldearnos o para cualquier otra cosa que posiblemente nosotros no comprendamos; el punto es, debemos ser cuidadosos y respetuosos con Dios, de manera que no podemos ir por ahí exigiendo a Dios que sane a las personas a nuestra voluntad, porque en este caso, nosotros dependemos de la voluntad de Dios y no de nuestra propia voluntad.

 

Así que este don nos capacita para orar por personas y que estas sean sanadas de cualquier enfermedad, pero también este don nos capacita para que podamos discernir cuando el Espíritu Santo quiere que declaremos sanidad en alguien y cuando no; esto último es muy importante. 

 

¿Alguien quiere compartir un breve testimonio de haber sido sanado milagrosamente? Dejen sus comentarios qué les parece este breve artículo, gracias por leer. 

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