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Oveja, hijo y moneda Parte 3

El ministerio del Espíritu Santo y de la iglesia:

Jesús cuenta la parábola de la moneda perdida, aprenderemos en ella una lección muy importante, en Lucas 15: 8-10 la siguiente historia: 

 

¿O qué mujer, si tiene diez monedas de plata y pierde una moneda, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta hallarla? Cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas, diciendo: ``Alegraos conmigo porque he hallado la moneda que había perdido. De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. Lucas 15:8-10

 

Simplificando todo, esta parábola nos muestra de nuevo algo que está perdido en este caso una moneda y vemos a una mujer que con mucha diligencia busca hasta encontrarla, hay un detalle a observar, la moneda está perdida dentro de la misma casa.

 

Es decir que en esta ocasión estamos hablando de personas que conocen los caminos de Dios, así como el hijo prodigo, pero la diferencia está en que el hijo prodigo abandonó la casa y eso lo hizo vivir una situación de mucho sufrimiento, entonces ese sufrimiento lo hizo volver al padre, pero en esta ocasión estas personas no han abandonado la casa, siguen ahí, aún conservan su valor, pero son prácticamente inútiles pues una moneda, aunque sea muy valiosa no sirve de nada si está perdida; y el mayor problema es que ellos mismos no saben que están perdidos, porque siguen dentro de la casa, creen que todo va bien, no hacen nada por mejorar su situación, el hijo prodigo vuelve en sí y regresa a casa, pero a la moneda hay que buscarla. Nuestras iglesias hoy están llenas de monedas perdidas dentro de la misma casa, cristianos con mucho valor, con talentos, con ministerios, pero que por diversas razones están ahí sin hacer nada, viviendo solo una religión y no el verdadero evangelio, ¿has identificado tú algún cristiano de mucho valor pero que no muestra motivación por buscar de Dios? ¿Te has preguntado si tú podrías ser esa moneda perdida?

 

Para encontrar esta moneda, la mujer debe hacer uso de la lámpara que ilumine su casa para realizar una mejor búsqueda. 

 

Ahora, debemos entender el funcionamiento de la lámpara, para que ésta alumbre es necesario que tenga aceite, la lámpara por sí misma no puede alumbrar, es como si instaláramos muchos bombillos en casa pero no tuviéramos corriente eléctrica, no serviría para nada. 

Si tomamos en cuenta estas figuras, podemos entender que la lámpara es la palabra de Dios, de hecho la misma biblia lo confirma:

 

Lámpara es a mis pies tu palabra,   Y lumbrera a mi camino. Salmos 119:105 (RVR1960)

 

Pero, para que esta lámpara pueda alumbrarnos es necesario que tengamos el aceite, que es el Espíritu Santo; sin la revelación del Espíritu Santo, no podremos entender las cosas espirituales, no basta solo con leer la biblia, hay una cantidad grande de personas que conocen mucho de la biblia, la han estudiado, la han leído completa muchas veces e incluso tienen varios ejemplares de biblias en su casa, pero siguen viviendo una vida apartados de Dios, en oscuridad, en engaño, y esto es porque tienen el bombillo puesto pero no tienen corriente eléctrica, es decir, tienen la palabra de Dios, pero no tienen el Espíritu Santo dándoles revelación.

 

¿Cómo podríamos alumbrarnos si no tenemos aceite? Es muy importante entender esto, y procurar que cada vez que tomemos la biblia en nuestras manos sea el Espíritu Santo el que nos de la revelación para comprender su palabra y pueda iluminar nuestro camino y guiarnos. 

 

La mujer busca con diligencia, pero al hacer uso de la lámpara, se da cuenta que además debe limpiar la casa, porque en ella hay suciedad que no dejará encontrar la moneda, o que hará más difícil la búsqueda. Es la palabra de Dios, por medio del Espíritu Santo, quien nos muestra todo aquello que está mal y debemos corregir, debemos leerla con sinceridad y no solo buscando nuestro beneficio o solo las cosas que nos gustan, también es necesario que la palabra de Dios nos muestre todo lo sucio que tenemos para que podamos barrer la casa, en este caso podría ser nuestro propio corazón, nuestra familia, nuestra iglesia, cada área necesita de la luz de la palabra de Dios para corregir todo lo malo. 

 

Resumimos entonces que aun dentro de la iglesia, hay hermanos que están alejados de Dios, hay quienes han tomado el evangelio como una religión solamente y no han conocido el verdadero evangelio de Dios, el cristiano que  cree que es suficiente solo con congregarse algunas veces por semana para que los otros hermanos vean que sigue presente, pero en el fondo su vida sigue igual de vacía que siempre porque ha tomado el evangelio como una religión y no como una forma de vida, también el cristiano que asiste siempre a la iglesia y participa de lo que en ella se hace, pero que en casa aun no deja las griterías y maledicencias, porque aunque cree en Dios, aún no ha nacido de nuevo y vive conforme a los deseos de la carne, deleitándose por ejemplo en chismes y murmuraciones y criticando a otros, estos cristianos, aunque están en la iglesia, deben ser encontrados porque aún tienen actitudes del mundo y eso los hace semejantes a la moneda perdida. 

 

A veces la iglesia vive afanada en tantas cosas que no se da cuenta que hay cosas que debe limpiar, no debemos esperar a perder algo valioso, personas o ministerios, debemos preocuparnos por tomar la lámpara, alumbrar por medio del Espíritu Santo y de inmediato limpiar nuestra casa. 

El Señor Jesús, nos dejó el Espíritu Santo, es quien nos da la revelación por medio de su palabra, y cuando entendemos su palabra, entonces es como una luz, que nos ayuda a identificar la suciedad que aún tenemos en la casa, por medio de la lámpara, podemos identificar todo aquello que este estorbando nuestro trabajo para encontrar a quienes están perdidos aún dentro, es el Espíritu Santo el que nos da discernimiento.

El legalismo de los fariseos

Esta lámpara nos enseña cuando el legalismo se ha metido en la iglesia, el fariseísmo moderno está tan presente en la iglesia que muchos cristianos lo han confundido con sana doctrina, cuando en realidad es uno de los problemas más grandes contra los que Jesús luchó, la característica del legalismo es que dota de una superioridad espiritual aparente al hermano legalista, y les hace creer que tienen la capacidad de  imponer nuevos pecados, leyes y restricciones a las cuales deben sujetarse todos porque de lo contrario se les da por condenados y aun por rechazados de la congregación, el legalismo es suciedad en el evangelio que no permitirá encontrar a los perdidos o que hará muy difícil el trabajo.

Los fariseos eran legalistas, acusando a Jesús por no lavarse las manos, por comer con pecadores, le llamaron mentiroso y aún más grave en una ocasión le llamaron endemoniado, porque ellos consideraban más importante la ley, para ellos obedecer la ley les daba estatus de salvos, de perfectos y no comprendían que el reino de Dios se había acercado pero no para condenar al mundo sino para que el mundo fuera salvo por medio de Jesucristo, el reino de los cielos se había acercado con gracia y misericordia y los fariseos no podían tolerarlo. 

 

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Juan 3:17 (RVR1960)

 

Hay iglesias donde piensan que aquellas hermanas que usan velo están mal  y otras iglesias creen que las que no usan el velo están en pecado, hay iglesias donde condenan enérgicamente si una hermana usa pantalón o si usa un poco de maquillaje y se atreven a decir que estas hermanas irán al infierno, iglesias que creen que solo ellos serán salvos porque piensan que ellos son los únicos con autoridad suficiente para interpretar la biblia a la perfección y si otro piensa diferente a ellos entonces se le cataloga como falso cristiano y entonces nos preguntamos ¿Quién nos dio la autoridad moral y espiritual para crear una nueva lista de pecados y prohibiciones a cerca de las cuales la biblia no dice absolutamente nada? Y  más grave aún ¿Quién nos constituyó por jueces para condenar conforme a nuestro parecer? ¿Es que acaso somos lo suficientemente justos para decidir en lugar de Dios quien recibe salvación y quién no? 

 

El legalismo es el que se encarga de hacer todo esto, el problema es que es una suciedad que daña seriamente la iglesia de Señor y por su causa existen dentro de las iglesias muchas monedas perdidas.

El legalismo es una de las principales causas por las cuales la iglesia de Dios no avanza, no mal interprete mis palabras, la biblia enseña que sin santidad nadie verá al Señor, la biblia es muy clara y tajante respecto a esto, pero la biblia no nos ha dado la facultad de juzgar, al contrario, nos llama a examinarnos y corregirnos a nosotros mismos conforme a la palabra de Dios y conforme el Espíritu Santo nos redarguya de pecado. 

 

No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen. Mateo 7:1-6 (RVR1960)

 

Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Romanos 14 (RVR1960)

 

Conclusión

Las tres parábolas nos enseñan a desechar la actitud farisaica, ya que la esencia del evangelio es el amor y la misericordia, de hecho las tres parábolas tratan principalmente del amor y misericordia de Dios, presentando una clara oposición al legalismo de los fariseos, nos muestran el inmenso amor de Dios para la humanidad, que ha proveído del medio para rescatar a todo aquel que se acerque creyendo en Jesucristo, pero también nos enseña lo que la iglesia debe hacer para alcanzar a los perdidos, debemos buscar la llenura del Espíritu Santo, para que tengamos luz por medio de la palabra de Dios y entendamos cuales son los aspectos negativos que debemos erradicar para limpiar nuestra casa.

 

No importa cuál sea tu situación actual, debes saber que el amor y la misericordia de Dios siempre están presentes en tu vida y si te encuentras alejado o te sientes perdido aunque estés perseverando en una iglesia pero no encuentras mucho sentido al evangelio, hoy es el tiempo que vuelvas al Padre, que tomes tu lámpara y pidas la ayuda del Espíritu Santo para ser restaurado, el Padre te está esperando, no importa lo que otros piensen, no importa cómo otros te vean, incluso ya no importa cómo te veas tú mismo, solo importa cómo te ve tu Padre celestial, y él te ve justo, te ve valioso, si puedes creer eso, entonces vuélvete a él y experimenta la dicha del perdón, el regocijo de estar de vuelta en el redil de Jesucristo, sintiendo el amor del Padre y se valioso de nuevo por medio del Espíritu Santo que te llena de poder. 

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